Editorial Publicado en 2019-02-21 09:45:23
Nuevos instrumentos permitirán enfrentar las amenazas biológicas en el futuro
Palabras clave
Los veterinarios conocen perfectamente los riesgos que implican la emergencia y propagación de las enfermedades animales. Desde hace varios años, otras comunidades científicas, así como numerosos expertos y responsables de políticas, consideran —con toda razón— que las medidas a favor de la sanidad no deben limitarse a mejorar la salud y productividad de los animales puesto que constituyen componentes esenciales de las políticas para reducir los riesgos biológicos. En efecto, los agentes patógenos de origen animal pueden utilizarse como armas biológicas o para perpetrar atentados bioterroristas.
La OIE participa desde hace muchos años en los programas de reducción de los riesgos biológicos, en particular mediante publicaciones científicas (por ejemplo, la Revista científica y técnica Desastres biológicos de origen animal. Papel y preparación de los servicios de sanidad animal y salud pública, publicado en 2006) y la organización de la primera conferencia mundial sobre el tema (París, Francia, junio de 2015), para alertar a la comunidad internacional.
Además, en el Sexto Plan Estratégico de la OIE (2016-2020) se destaca la voluntad de los Países Miembros de reforzar «sus relaciones con la comunidad de la seguridad internacional en áreas de interés común relacionadas con la prevención, preparación, respuesta y recuperación del uso deliberado de agentes patógenos de origen animal para causar daño y los desastres naturales…». Con el apoyo de la red de centros de referencia y organizaciones asociadas, los equipos de la Organización siguen trabajando en la aplicación de la Estrategia de la OIE para la reducción de las amenazas biológicas, basada en la formulación de políticas pertinentes, campañas de sensibilización, el refuerzo de competencias y capacidades, así como en la información sobre la sanidad animal mundial.
En noviembre de 2017, la OIE organizó la segunda conferencia al respecto en Ottawa (Canadá), con el apoyo activo de ese país, el Reino Unido y los Estados Unidos de América, en la que se informó sobre el seguimiento de las recomendaciones de la conferencia de París (2015) y se presentaron posibilidades de trabajo en función de los nuevos conocimientos científicos adquiridos. Este número del Boletín de la OIE contiene toda la información sobre los proyectos, iniciativas y programas en curso. Desde estas líneas, expresamos nuestro cálido agradecimiento a todas las personas que contribuyeron al éxito de la conferencia y la preparación de este material.
Las amenazas biológicas siguen constituyendo una fuente de preocupación, pero se han desarrollado nuevos instrumentos para reducir los riesgos. Además, la confirmación de la sinergia de las medidas —gracias a la excelente colaboración intersectorial entre los interesados de la salud pública, el sector veterinario y los servicios a cargo de la seguridad pública— nos permite ser optimistas sobre las capacidades para prevenir, prepararse y enfrentar esas amenazas.
Monique Éloit
Directora General
Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE)
http://dx.doi.org/10.20506/bull.2018.1.2764