Brotes de enfermedades exóticas y emergentes en la acuicultura moderna 

Las enfermedades constituyen una de las amenazas más críticas para la producción de animales acuáticos, ya que aumentan los factores de riesgo de brotes y de emergencia de enfermedades. La Conferencia Mundial de la OMSA sobre Sanidad de los Animales Acuáticos de 2019 exploró tanto las razones como las opciones para responder a esta situación, así como sus impactos. La Estrategia sobre la sanidad de los animales acuáticos de la OMSA brinda el marco para la respuesta mundial y nacional [1]. El rápido crecimiento de los sistemas de producción de diversas especies y el hecho de que sea necesario el comercio de reproductores, piensos y productos de animales acuáticos suponen importantes oportunidades para la emergencia y propagación de enfermedades. El aumento de la producción ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de bioseguridad [2]. Desde el año 2000, cada tres años se ha incluido un promedio de dos nuevas enfermedades en el Código Sanitario para los Animales Acuáticos de la OMSA debido a las importantes repercusiones en la producción acuícola ocasionadas por la mortalidad de animales durante los brotes de enfermedades.  

Los peligros para el sector acuático 

Sin embargo, las amenazas no se limitan a las emergencias por enfermedades. La dependencia de entornos fluviales, estuarios y costeros genera vulnerabilidad a las catástrofes naturales, muchas de ellas relacionadas directa o indirectamente con el cambio climático, como sequías, inundaciones, ciclones, acidificación de los océanos, hipoxia o aumento del nivel del mar. Los riesgos para la producción acuícola derivados de la actividad humana provienen de prácticas de producción insostenibles, de malas prácticas de gestión y de la contaminación, lo cual crea riesgos para la inocuidad de los alimentos [2]. 

Para que este sector esté preparado y sea eficaz en caso de emergencia, necesita un enfoque que abarque todos los riesgos, empezando por un análisis de los riesgos específicos de los lugares y sistemas de producción implicados con el fin de identificar, caracterizar y priorizar las amenazas naturales y de origen humano, así como los impactos que pueden causar. La participación de equipos multidisciplinarios durante este proceso garantiza una consideración más amplia de los posibles impactos, sacando a menudo a la luz asuntos que de otro modo podrían pasarse por alto [3]. Existen herramientas y modelos para dirigir el análisis de riesgos, pero los marcos sencillos también pueden ser muy eficaces para apoyar la participación de diferentes partes y estructurar sus aportes. 

Disciplinas de la gestión de emergencias 

El impulso hacia un pensamiento multidisciplinario y sistémico ha hecho que los expertos en gestión de emergencias de distintos sectores aumenten su cooperación durante las actividades de preparación y respuesta. Los sistemas de gestión de incidentes crean un marco de mando y control que permite la colaboración entre las distintas partes de la respuesta y entre los diversos organismos implicados. Estos marcos suelen estar en el centro de los sistemas nacionales de gestión de emergencias. Suelen estar dirigidos por el gobierno central y reúnen las capacidades de todo el gobierno (es decir, todos los organismos gubernamentales, desde los técnicos a los financieros, pasando por los de apoyo y capacitación) y de toda la sociedad (es decir, públicos, privados y de la sociedad civil) en una estructura operativa unificada y cohesionada. Las disciplinas de estos sistemas abarcan desde los mecanismos para el conocimiento de la situación (por ejemplo, informes de situación), pasando por los enfoques de gestión y procesamiento de datos (por ejemplo, programas informáticos de gestión de incidentes), hasta la gestión de la información pública, que sigue los principios de la comunicación de riesgos y crisis. Estos sistemas requieren enfoques de aprendizaje que permitan desarrollar las capacidades de las personas implicadas, creando una documentación basada en roles que luego se materializa en unos ejercicios de simulacro que incluyen la modelización de escenarios y juegos. Las revisiones posteriores a la acción aseguran que las experiencias adquiridas durante las emergencias impulsen el aprendizaje y mejoramiento continuos.   

Planes de contingencia y desarrollo de las capacidades de gestión de emergencias 

La preparación para responder a brotes de enfermedades sigue siendo limitada en los Países Miembros de la OMSA, como demuestran los resultados de las dos competencias críticas relevantes en las evaluaciones del Proceso PVS [3]. Existen buenos ejemplos de planificación de contingencia y alianzas público-privadas en la preparación y respuesta del sector acuático, con pruebas publicadas en Australia, en particular, que demuestran el potencial para mejorar los resultados de la respuesta a las enfermedades [4]. Los Centros Colaboradores de la OMSA han establecido la Red de Centros Colaboradores de la OMSA para Emergencias Veterinarias (EmVetNet) con el fin de proporcionar apoyo técnico en materia de preparación y respuesta a los Países Miembros [5]. Esto forma parte de un Programa de Emergencia y Resiliencia de la OMSA en expansión y que coopera con socios operativos de la Cuatripartita (1) y la Interpol, así como socios de recursos del Fondo Mundial para la Sanidad y el Bienestar Animal de la OMSA.  

Tema Técnico de la 89ª Sesión General de la OMSA y Estrategia sobre la sanidad de los animales acuáticos de la OMSA 

Al reconocer la creciente importancia del compromiso con los sistemas nacionales, regionales y mundiales de preparación y respuesta a emergencias, en el contexto actual de enfermedades emergentes, pandemias y riesgos cada vez mayores de catástrofes naturales y provocadas por el hombre, la OMSA dedicó el Tema Técnico de su 89ª Sesión General a este importante punto [3]. El Tema Técnico exploró la diversidad de los peligros (Imagen 1), las disciplinas de gestión de emergencias, la fase de aplicación en cada uno de los Países Miembros de la OMSA y las iniciativas actuales, así como las futuras orientaciones para el programa de trabajo de la OMSA en estas áreas. Son temas a los que los Servicios Veterinarios y los Servicios de Sanidad de los Animales Acuáticos deberían dedicarse mejorando las competencias del personal, estableciendo relaciones interinstitucionales e intersectoriales con los servicios de emergencia de los sistemas nacionales y buscando colaboraciones regionales que aporten eficiencia en el uso de los recursos e innovación en la planificación de la adaptación y la mitigación. La incorporación del Objetivo 3, sobre Resiliencia ante emergencias, de la Estrategia sobre la sanidad de los animales acuáticos de la OMSA proporciona el mecanismo para la planificación específica de intervenciones que apoyen el desarrollo de la capacidad de los Servicios de Sanidad Nacionales de los Animales Acuáticos y su respuesta ante emergencias que afecten a la salud y la producción de los animales acuáticos. Muchas de las competencias y disciplinas de la gestión de emergencias son genéricas, por lo que todos los usuarios se beneficiarán del módulo sobre gestión de emergencias de la plataforma de capacitación de la OMSA. Su objetivo es ayudar a los usuarios a conocer el contexto específico, las amenazas, las vulnerabilidades y las oportunidades de mitigación de riesgos en el sector de los animales acuáticos, apoyando así una mayor focalización de los programas de la OMSA. La OMSA sigue buscando recursos y socios para la implementación con el fin de lograr este objetivo. 

(1) El Quatripartito está compuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

https://doi.org/10.20506/bull.2023.2.3409